Trastornos del lenguaje
Los trastornos lingüísticos en niños son motivo
de consulta bastante frecuente (se calcula que 1 de cada 20 niños lo sufre). En ocasiones, estos problemas pueden ser aislados, pero también pueden ser un síntoma de otra enfermedad. Por eso es muy importante elaborar un diagnóstico temprano, ya que una intervención precoz podrá ser muy favorable para el niño.
Entre los motivos principales que indican un trastorno en el lenguaje encontramos un retraso en el habla, un cese de esta o una incorrecta utilización del lenguaje. Se puede considerar que un niño sufre retraso en la
adquisición del lenguaje si a los 16 meses no
ha expresado ninguna palabra o si a los 2 años no
construye frases de 2 palabras.
Los diagnósticos más comunes para este retraso en el habla son:
- Retraso simple del lenguaje
- Trastorno específico del lenguaje o disfasia
- Trastorno del espectro autista
- Retraso mental
- Disminución de la capacidad auditiva o hipoacusia
- Gemelaridad
- Hijo de padres sordomudos
- Privación ambiental extrema
Se considera un retraso simple del lenguaje (RSL)
cuando existe una buena comprensión y la evolución
del lenguaje es similar a la de la mayoría de
niños normales. En este caso, se
trataría de una leve falta de madurez, algo común en el desarrollo
del lenguaje. En ocasiones, este diagnóstico debe realizarse pasados unos años, pues han de observarse las habilidades del niño y el desarrollo que experimentan. Por ejemplo, es normal que niños con TDAH o con dislexia necesiten más tiempo para empezar a hablar que el resto de niños. En estos casos, se supone que este retraso viene dado por algún problema del sistema nervioso.
No debemos confundir el RSL con la disfasia (alteración del desarrollo del lenguaje) o trastorno específico del lenguaje (TEL). Son trastornos muy similares, pero el segundo, además de presentar un lenguaje adquirido tardiamente, también se observa una fonética, estructura o contenido erróneas.
El motivo de consulta en un trastorno de espectro
autista (TEA) suele ser un retraso en
el lenguaje. Para diagnosticar el TEA ha de observarse la capacidad de relación del niño con el resto de compañeros, el uso del lenguaje no verbal y la capacidad
de desarrollar juegos que involucren símbolos.
No es fácil diferenciar la disfasia del TEA, puesto que ambos síndromes producen los mismos síntomas. El retraso mental también se expresa casi
siempre con un retraso en la adquisición del
lenguaje, al que se añaden otros déficits.
La hipoacusia puede ser transitoria o permanente. En el
primer caso, comúnmente se corresponde a otitis
serosas, por lo que el lenguaje se normaliza una vez se haya curado la infección. De todas formas, no se atribuyen a problemas otológicos los problemas lingüísticos de un niño normal. El hecho de tener un hermano gemelo y ser hijo de padres sordomudos
pueden explicar un moderado
retraso en la adquisición del lenguaje, pero
nunca un trastorno permanente. La privación
ambiental extrema favorece un retraso en el lenguaje, pero esta situación puede remitir en cuanto el niño esté en un entorno adecuado.
Si el trastorno del lenguaje se centra en la pérdida de este, los motivos principales que causan estos:
- Afasia
- Mutismo selectivo
- Regresión autista
- Síndrome de Rett
- Trastorno desintegrativo infantil
- Enfermedad degenerativa
Las causas más frecuentes
de afasia en el niño son las infecciones del
sistema nervioso, los accidentes vasculares y
los traumatismos craneoencefálicos, a excepción de la afasia epiléptica o síndrome de
Landau-Klefner (SLK). El mutismo selectivo se da cuando el niño se niega a hablar en determinadas ocasiones. Este trastorno puede expresarse cuando ya existe un TEA o una disfasia, aunque normalmente se asocia a cuadro de ansiedad subyacente. Las enfermedades degenerativas afectan tanto al sistema cognitivo como al motor, por lo que la pérdida del habla podría ser un gran indicativo para el diagnóstico de esta.
Si desea encontrar más información sobre este tema puede acceder a estas páginas:
Comentarios
Publicar un comentario