Esquizofrenia infantil
La esquizofrenia infantil en una enfermedad mental crónica que afecta al comportamiento. No es frecuente que aparezca en los primeros años de vida, pero lo cierto es que se dan casos. Es similar a la esquizofrenia normal, aunque el comportamiento de los niños y adolescentes con esquizofrenia puede diferir del de los adultos con dicha enfermedad.
Esta enfermedad se caracteriza por la presencia
de síntomas positivos, como delirios o desorganización conductual, y
negativos, como apatía o empobrecimiento afectivo en diferente grado a lo
largo del curso de la enfermedad, y que puede llevar al deterioro.
Los psiquiatras buscan las siguientes señales en los niños para detectar la esquizofrenia:
- Ver cosas y oír voces que no son reales, es decir, alucinaciones
- Comportamiento y/o lenguaje extraño o excéntrico
- Retraso del habla
- Gateo tardío o atípico y retraso para caminar
- Ideas y pensamientos poco usuales y raros y confusión en la forma de pensar
- Humor cambiante en lo extremo
- Pensamientos paranoicos
- Comportarse como un niño menor
- Ansiedad severa y temerosidad
- Confusión de la televisión y los sueños con la realidad
- Problemas haciendo y reteniendo amistades y aislamiento
- Disminución en la higiene personal
El comportamiento de los niños con esquizofrenia puede variar muy poco con el paso del tiempo y es por ello que los primeros en identificar los síntomas serán, casi siempre, los maestros o tutores. Niños que se relacionaban de manera normal podrían comenzar a mostrar síntomas de aislamiento o parecer inmersos en su propio mundo. Otros cambios incluyen la aparición repentina de ideas extrañas o pensamientos e historias sin sentido y, dado que el desarrollo en la etapa infantil varia de un niño a otro, estos síntomas suelen interpretarse como intentos de llamar la atención o manifestaciones de inconformidad debido a factores externos, como un cambio de escuela o las relaciones familiares.
A día de hoy se desconoces la causa de la esquizofrenia, pero los especialistas sugieren que se debe a cambios en el cerebro que interfieren en la maduración normal cerebral y dañan las funciones cognitivas. De todas formas, el ambiente en que viva el niño y la educación que reciba también juegan un papel muy importante en la aparición de la enfermedad. Lo que sí se sabe es que existen ciertos factores que pueden favorecer la aparición de esta enfermedad, como pueden ser:
- Presencia de antecedentes familiares de esquizofrenia: 12% más de probabilidades si un progenitor tiene la enfermedad y un 39% más si las padecen los dos.
- Exposición a virus, toxinas o malnutrición durante la gestación.
- Una activación anormal del sistema inmunológico, como la aparición de enfermedades autoinmunes o por una inflamación aguda como la que causa la meningitis.
- Edad avanzada del padre
El diagnóstico y tratamiento médico temprano es importante. La esquizofrenia es una enfermedad para toda la vida, que no tiene cura, pero sí que se pueden mitigar sus efectos con tratamiento. Los niños con los problemas deben pasar una evaluación integral. Generalmente, necesitan tratamientos que combinan medicamentos y terapia individual, familiar y programas especializados (escuelas, actividades, etc.). Los medicamentos psiquiátricos pueden ser útiles para tratar muchos de los síntomas identificados.
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